viernes, 18 de junio de 2010

invernal

desperté esa mañana con un sonido de silbidos, lleno mis ojos el único rayo de luz que el cielo nos podía brindar, dios aun sentó ese vació que queda en mi cuerpo.
por la ventana se paseaban los dulces momentos de los días de gloria, esta mañana era distinta, el cielo nos abandonaba y la tinta de los arboles corría calle abajo. el emperador del firmamento ocultaba su cara ¿ quizás por culpa? ¿ vergüenza?¿miedo? ¿angustia?
la radio repetía una y otra ves esa canción de juventud, que hablaba del tiempo, heridas antiguas con tinta de amor, mi cuerpo es como un cumulo de emociones y gota a gota van quedando presas en esta mañana de lluvia.
esa voz rasposa me habla una y otra ves, aun tengo presente mis estrellas ya apagadas , una a una van quedando presas del silencio.

me revuelco en mi regazo una y otra ves, viendo películas mentales de aquella primavera.

hoy el cielo es un lienzo plomo, se han borrados mis pinturas veraniegas; hoy el cielo me invita a pintar otra ves. De sangre y lagrimas se hace la vida, mas el cielo mi gran lienzo único testigo, confidente, amigo, compañero.
Escucho el viento que aun susurra tus palabras, es como escuchar a los ángeles que con un silbido matutino me hicieron despertar aquel día, día de los escritores muertos, perdidos, malditos.

intento tomar el tiempo con mis manos vacías...

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