domingo, 20 de junio de 2010

Querido padre

recuerdo esos días
en que no escuche tus palabras
en que busque tu regazo y no lo encontré
en que me hubiera gustado decirte tantas cosas
pero no fue así

recuerdo esos años
en que no escuchaba, maldecía y gritaba
cuando te negaba y odiaba
todo lo hiciste por mi

me enseñaste
que distancia se acortaba cuando hay amor
que una caricia vale mas que mil te quiero
que una voz de consuelo calma el llanto

me enseñaste que la vida
no se mide en pesos
no se mide en horas
no se mide en personas

la vida tiene valor cuando nosotros hacemos que valga la pena vivir

me enseñaste
que algún día seré como tu
y que tu fuiste como yo
y que todo lo que hiciste, fue por mi

viernes, 18 de junio de 2010

invernal

desperté esa mañana con un sonido de silbidos, lleno mis ojos el único rayo de luz que el cielo nos podía brindar, dios aun sentó ese vació que queda en mi cuerpo.
por la ventana se paseaban los dulces momentos de los días de gloria, esta mañana era distinta, el cielo nos abandonaba y la tinta de los arboles corría calle abajo. el emperador del firmamento ocultaba su cara ¿ quizás por culpa? ¿ vergüenza?¿miedo? ¿angustia?
la radio repetía una y otra ves esa canción de juventud, que hablaba del tiempo, heridas antiguas con tinta de amor, mi cuerpo es como un cumulo de emociones y gota a gota van quedando presas en esta mañana de lluvia.
esa voz rasposa me habla una y otra ves, aun tengo presente mis estrellas ya apagadas , una a una van quedando presas del silencio.

me revuelco en mi regazo una y otra ves, viendo películas mentales de aquella primavera.

hoy el cielo es un lienzo plomo, se han borrados mis pinturas veraniegas; hoy el cielo me invita a pintar otra ves. De sangre y lagrimas se hace la vida, mas el cielo mi gran lienzo único testigo, confidente, amigo, compañero.
Escucho el viento que aun susurra tus palabras, es como escuchar a los ángeles que con un silbido matutino me hicieron despertar aquel día, día de los escritores muertos, perdidos, malditos.

intento tomar el tiempo con mis manos vacías...